domingo, 10 de abril de 2011

A veces sentimos que las cosas debemos guardarnoslas para nosotros mismos sin exteriorizarlas. Puede que sea porque pensemos que los demás pasarían, que sería cargante para ellos el saber o, simplemente, que no nos entenderían; así que preferimos callar.

Sin embargo, bajo los efectos del alcohol, siempre hay gestos que nos delatan aunque no queramos. Cuando esto ocurre y con una sola mirada han visto que algo extraño sucede llega el momento de las preguntas. Pero en ocasiones, explicarlo puede ser tan doloroso que sólo eres capaz de pronunciar un nombre.

No hace falta más explicación, no hacen falta más palabras, no hace falta conocer el por qué. Ellos entienden, callan y se movilizan y en dos segundos estás dentro del bar, con tu cubata prohibido en la mano y riendo gracias a ellos.

Porque te conocen, porque saben lo que necesitas y cuándo lo necesitas.

Porque no hace falta nada más.

1 comentario:

  1. Esas son las personas que de verdad merecen la pena, no los dejes escapar nunca ;)

    ResponderEliminar