domingo, 19 de junio de 2011

La vida es una constante sucesión de elecciones en las que tenemos que poner a prueba nuestras prioridades.

Es en esos momentos cuando valoramos lo que de verdad nos importa, la gente que está por delante del resto en nuestra escala de valores y por los que no dudamos en hacer lo que sea.

Una vez más, todo esto sólo puede demostrarse con hechos, no con palabras.

Sólo cuando somos capaces de olvidar nuestros propios intereses para anteponer los de esa persona que consideramos amiga y nos puede necesitar (más de lo que imaginamos aunque no sea capaz de decirlo en voz alta), es cuando de verdad sabemos que una amistad merece la pena y no se queda en la pura apariencia o "la costumbre" por el paso del tiempo.

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