martes, 11 de enero de 2011

Guerreros de la Luz (Parte 1)

#El miedo es natural: el miedo a la libertad que nos da el conocimiento es absolutamente natural. No obstante, por terrible que sea el aprendizaje, es peor vivir sin sabiduría.
#La irritación es innecesaria: irritarse supone darles a los demás el poder de interferir en nuestras vidas. Es indispensable dejar este sentimiento de lado. Lo que los demás hagan no puede de ninguna manera desviarnos de nuestra única alternativa en la vida: el encuentro con el infinito.
#El presentes es único: un guerrero sabe esperar, porque sabe lo que está aguardando. Y mientras espera, no desea nada, y así, cualquier cosa que llegue, por menor que sea, se recibe como una bendición. El hombre común se preocupa demasiado por querer a los demás, y porque los demás le quieran. Un guerrero sabe lo que desea, y eso representa todo en su vida (y en eso concentra toda su energía). El hombre común gasta el presente actuando como ganador o como perdedor y, dependiendo de los resultados, se transforma en perseguidor o en víctima. El guerrero, por su parte, se preocupa apenas de sus propios actos, que lo conducirán al objetivo que eligió para sí mismo.
#La batalla es siempre la última: el espíritu del guerrero no se queja de nada, porque no nació para ganar o perder. Nació para luchar, y cada batalla es la última que está trabando sobre la faz de la Tierra. Por eso, el guerrero siempre deja su espíritu libre, y cuando se entrega al combate, sabiendo que su intención es transparente, él se ríe y se divierte.


Paulo Coelho.

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