Son esos en los que te levantas con ganas y una sonrisa en la cara y poco a poco ésta te va desapareciendo. Aparecen malas noticias por todos lados, todo sale del revés y parece que el mundo está en tu contra. ¿Y lo peor? Ese ánimo autodestructivo asqueroso de días de niebla, como el de hoy, me lleva siempre a recordarte.
Como hoy ni la mejor música podría levantarme la moral, creo que cogeré mi manta de conejos y perros, me haré una bola bajo ella y no saldré al mundo hasta mañana.
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