Cada día nos cruzamos con miles de personas: por la calle, en el autobús, en clase, en el trabajo, en casa, en las tiendas... Conocemos a cientos de ellas: amigos, familiares, compañeros, colegas, conocidos... Y nos hablamos a diario con un pequeño porcentaje de estas.
Sin embargo, sin que lo tuvieras planeado, puede cruzarse en tu vida una persona y acomodarse en ella de tal manera que saber que jamás se irá. Aún no la conoces casi, pero eso no importa, simplemente sientes "eso"; sabes que es ella, que es "tu persona", que estáis hechas para encontraros, que vuestros destinos estaban escritos para que os conocierais y pudierais seguir avanzando juntas, poco a poco, sin prisas, porque sabes que no la perderás.
Que sea "tu persona" no quiere decir que no puedas discutir con ella, todo lo contrario, quiere decir que discutiréis pocas veces pero estas discusiones serán épicas y que, pese a eso, olvidaréis todo para continuar juntas siendo más fuertes.
Porque tras un día triste ella sabrá escuchar, comprender y animar. Porque aunque no esté a tu lado está sintiendo lo mismo que tu en 1ª persona, tenéis esa "conexión" (como la llaman muchos) que ni ET y Elliot en su mayor momento. Porque a ella le contarás cosas que a nadie más podrías contar y si un día acabas llorando por la calle sola, la llamarás y estará ahí. Porque sabes que no podrías seguir tu vida sin ella.
Y por que... lo mejor de todo, es saber que no sólo ella es tú persona, sino que tú eres la suya.
Por eso os digo, si un día sentís esa conexión con alguien que apenas conocéis, dejaros llevar porque podéis estar descubriendo a vuestro "gemelo", a vuestra persona, a aquella que adoraréis sin condiciones porque ella hará lo mismo y estará para celebrar vuestros triunfos y levantaros en vuestras caídas. No estoy hablando de una pareja, sino de una hermandad que no os corresponde elegir, simplemente porque el destino ya se encargó de unir vuestros caminos hasta el final.
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